EEUU exporta el 50% de su basura electrónica a países pobres

Estados Unidos, a diferencia de la Unión Europea, ha rechazado firmar el tratado de la Convención de Basilea, que trata de evitar el movimiento transfronterizo de residuos peligrosos. La EPA (agencia de protección del medio ambiente norteamericana) confirma que gran parte de los desechos electrónicos son exportados.

Sólo en 1998, en este país pasaron a mejor vida 20 millones de PC (siete millones de toneladas). Los expertos calculan que, en tres años, por cada ordenador vendido habrá uno anticuado. Entre 1997 y 2007, se llegará a 500 millones de ordenadores viejos: 20 millones de toneladas. Durante el año 2002 se espera reciclar 12,75 millones de equipos, incluidos monitores y teclados.

China no lo permite, pero abunda la entrada ilegal de equipos electrónicos viejos. En la zona de Guiyu, al noreste de Hong-Kong, los canales de irrigación del arroz son ahora vertederos de tubos de rayos catódicos. Es sólo una parte de los centenares de montañitas de chatarra electrónica por reciclar, según constataron los autores del informe. Las muestras recogidas de agua y sedimentos revelan niveles alarmantes de metales pesados. Ahora también sacan tajada los portadores de agua potable.

El personal que manipula sin protección los cartuchos de impresora, muchas veces niños y mujeres, inhalan nubes de carbonilla; queman al aire libre plásticos de cables y carcasas con dioxinas brominadas para recuperar cobre y acero; rompen a martillazo limpio tubos de rayos catódicos para obtener las bobinas de cobre o bañan circuitos y chips en ácidos para extraer metales preciosos como el oro.

El salario: dos euros al día. Contrapartidas: grandes facilidades para contraer silicosis, cáncer y otras enfermedades graves, aseguran los expertos que han realizado el informe.

Mientras, la Unión Europea está preparando una nueva directiva que prohibirá usar en los equipos plomo en soldadura, los retardantes de llama polibrominados, el cromo hexavalente y el mercurio. ‘Los fabricantes deben responsabilizarse completamente del ciclo de vida de sus productos y asegurarse de que las operaciones de reciclaje se realizan en el país donde se consuman’, afirma a Ciberp@ís Jim Pucket, secretario de Basel Action Network.

En Estados Unidos, sólo las grandes empresas y constructores deben reciclar la electrónica. Microsoft, con 50.000 empleados y más de un ordenador por cabeza, reemplaza cada máquina a los tres años. Los particulares pueden tirarlos al cubo de la basura, según la actual regulación de la EPA.

El problema se agravará con el vertiginoso ritmo tecnológico: expertos del Gobierno norteamericano creen que tres de cada cuatro ordenadores vendidos, cientos de millones, permanecen almacenados sin destruir. En muchos garajes duermen dos o tres máquinas. A los consumidores les cuesta desprenderse de algo que, con suerte, no vale más que un puñado de dólares. El basurero electrónico de EE UU crecerá con el apagón analógico de 2004, que obligará a reemplazar los televisores por otros digitales de alta definición.